El mundo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) está en permanente transformación como resultado de una serie continua de olas tecnológicas. Una de ellas, que está en pleno desarrollo en la actualidad, es el paso del concepto de Internet de las Personas al de Internet de las Cosas (Internet of Things), cuyo potencial reside en la capacidad para combinar datos con personas, procesos y objetos. A partir de sensores, redes avanzadas de comunicaciones y procesos analíticos basados en el big data se están poniendo en marcha aplicaciones que harán más fácil la vida de las personas, mejorarán los servicios públicos y las redes que los permiten, potenciarán las ciudades, aumentarán la seguridad de la información e incrementarán el nivel de eficiencia de empresas y Administraciones Públicas. Los objetos llevarán cada vez más sensores, que se comunicarán con un sistema inteligente que generará información o desencadenará nuevas acciones.
En ese universo de sensores, redes y análisis de datos aparecen las comunicaciones M2M (máquina a máquina) como base del sistema de comunicación del Internet de las Cosas y como red nerviosa del nuevo mundo digital que combina personas y objetos. Pero, ¿qué es el M2M? Es la tecnología que permite establecer comunicaciones inteligentes entre los objetos, las cosas y los sistemas que los siguen y controlan, básicamente por vía inalámbrica.
Un primer e importante campo de aplicación de las comunicaciones M2M es en el mundo de la industria. La conexión inteligente y la comunicación entre todas las máquinas y dispositivos de una fábrica hacen posible controlar, automatizar y mejorar los procesos y expandir los negocios con seguridad y costes reducidos. La fabricación y producción de bienes se ve potenciada por las posibilidades que traen estas nuevas tecnologías.
En segundo lugar se puede hablar de las aplicaciones en el transporte y en los vehículos, que hacen el movimiento de bienes y personas más eficiente, seguro y sostenible, usando comunicaciones y tecnologías digitales. Estas aplicaciones se conocen como Internet de las Cosas en Movimiento (Internet of the Moving Things). Parte de ellas se centran en la geolocalización, gestión y control inteligentes de flotas de vehículos de empresas de transporte, logística, etc., mientras que otras se dedican al seguimiento de trailers, contenedores, etc. Con estas aplicaciones, las empresas y las Administraciones Públicas pueden gestionar sus operaciones y tener siempre el control de vehículos y mercancías.
En el caso de vehículos de uso por particulares, las aplicaciones de las tecnologías M2M se engloban bajo el concepto de coche conectado y aportan soluciones orientadas al conductor y a los pasajeros para mejorar la eficiencia, la seguridad y la experiencia de usuario dentro del vehículo. Un caso particular y ya extendido de este tipo de aplicaciones es la que, a partir de la captura y el análisis del comportamiento en la conducción de los usuarios, permite a las compañías de seguros ofrecer planes personalizados para cada individuo, basados en sus riesgos, y reducir el fraude. Además, mejora la seguridad y hace posible una mejor asistencia en carretera, avisando por ejemplo de forma automática en caso de accidente.
Otro de los grandes campos de aplicación es el de los servicios básicos, sobre todo los relacionados con el agua y la energía (electricidad, gas, etc.). El objetivo es claro: conseguir una gestión más eficiente y un consumo sostenible. En este terreno se encuentran los medidores inteligentes (smart meters), que miden, almacenan y transmiten los consumos, las soluciones para los hogares y las oficinas, que permiten reducir el consumo de energía manteniendo el mismo o un mayor nivel de prestaciones y confort, o los edificios inteligentes (smart buildings), que hacen posible la automatización de edificios (iluminación, temperatura, seguridad y energía), su control remoto y la racionalización de consumos. En este mismo campo se incluyen las aplicaciones para los vehículos impulsados por un motor eléctrico con baterías recargables (vehículos eléctricos), especialmente en lo que se refiere a los postes de recarga inteligentes y a su conexión con las empresas eléctricas para ofrecerles información sobre los niveles de carga en diferentes áreas, así como las aplicaciones para redes eléctricas (smart grids), que integran de forma inteligente el comportamiento y las acciones de todos los usuarios para suministrar energía de una forma eficiente, sostenible, económica y segura.
Otras aplicaciones tienen que ver con la incorporación de comunicaciones M2M a la electrónica de consumo, las consolas de juegos, los dispositivos portátiles o las soluciones de telesalud y seguridad. Comunicación sencilla y posibilidades de seguimiento y control en todo momento son las prestaciones que aportan.
Todas estas aplicaciones, y otras muchas que el futuro cercano irá trayendo, se apoyan en plataformas que gestionan las comunicaciones con los objetos y que incorporan funciones avanzadas, como el control en tiempo real del tipo de tráfico, volumen y consumo, la supervisión técnica de las líneas (mapas de dispositivos conectados y diagnósticos avanzados), distintas opciones de lucha contra el fraude o la geolocalización.
Las expectativas de futuro de las tecnologías M2M son enormes, en paralelo con el esperado desarrollo del Internet de las Cosas. Sus principales campos de aplicación seguirán siendo los automóviles, la electrónica de consumo y las empresas de servicios relacionados con la energía y el agua, aunque irán extendiéndose a nuevos terrenos y profundizando en todos los niveles del mundo y de la sociedad.
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